¿Alguna vez has visto un vídeo de un perro enseñando los dientes mientras su dueño o dueña se ríe porque piensa que está sonriendo? ¿Y a alguien llevando a un perro en el bolso, como si fuera un complemento más, o paseándolo en un carrito de bebé?
Como podrás adivinar, estos comportamientos no son buenos para los animales, ya que van en contra de su naturaleza. Humanizar a los perros, de hecho, entra dentro de ese compendio de errores que cometemos en el trato a nuestros perros. Aunque no se haga con mala intención, hay personas que incluso llegan a considerarlo maltrato animal por las consecuencias físicas y psicológicas que tiene para el animal.
¿En qué consiste o qué significa humanizar a un perro?
Humanizar a los perros consiste en verlos como si fueran personas, literalmente. Se leen sus gestos, comportamientos y actitudes desde un prisma humano, tergiversando e ignorando el verdadero significado detrás de ellos. Por ejemplo, lo que comentábamos antes de la “sonrisa” de los perros.

Normalmente un perro enseña los dientes por dos motivos y ninguno de ellos es “positivo”:
- Un perro puede mostrar los dientes como advertencia, para mantener alejado a otro individuo. Puede ser porque esté enfadado o asustado, pero, en cualquier caso, es conveniente no insistir en tocarlo en ese momento y aplicar una corrección sin usar la fuerza física. Este tipo de gesto suele ir acompañado de gruñidos o ruidos similares.
- Un perro también puede mostrar los dientes a modo de “sonrisa sumisa”. Suele ir acompañado de un lenguaje corporal no amenazador: mirada desviada, se lame los labios, las orejas pegadas a la cabeza, etc. Con esta “sonrisa sumisa” lo que pretende el animal es apaciguar al contrario ante una situación de tensión, para evitar el conflicto.
¿Por qué no se debe humanizar a los perros?
Al humanizar a los perros estamos anteponiendo nuestras necesidades de “leer” sus comportamientos de una forma conveniente para nosotros, olvidándonos de sus verdaderas necesidades y de su naturaleza. Podemos querer a nuestras mascotas con locura y sin límites, pero debemos quererlas bien, y cuidarlas pasa por cubrir no solo sus necesidades sanitarias, alimenticias y afectivas, sino también darles el espacio y guiarlos para que puedan desarrollarse como lo que son, animales, en paralelo a nosotros. Solo así podrán ser verdaderamente felices. Y es por eso que el humanizar a los perros es considerado maltrato por muchos.
Consecuencias de humanizar a los perros para nuestras mascotas
Humanizar a los perros tiene consecuencias tanto a nivel físico como psicológico para nuestras mascotas:
- Estrés y ansiedad: si tratamos a nuestro perro como un frágil muñeco, llevándolo en carritos o bolsos, en vez de dejarlo olisquear, correr y jugar, se estresará y se pondrá muy nervioso, con las consecuencias de sobra conocidas, ya que tendrá que descargar su frustración con algo. También podemos generar otros problemas, como ansiedad por separación, ya que dependen en exceso de nosotros y de nuestra compañía.
- Mala conducta y problemas para socializar: el perro puede desarrollar comportamientos agresivos tanto hacia las personas como hacia otros animales. Quizás nos haga gracia ver a un chihuahua intentando mordernos o atacando a otros perros, pero os aseguramos que no será tan gracioso si centra su mal humor en un bebé (mordiendo su cara o sus ojos) o si otro perro más grande decide devolverle el golpe.
¿Te asusta que pueda pasarle eso a tu perro? Pues entonces céntrate en educarlo de forma correcta y en que sociabilice con otros perros. Recurre a un entrenador canino si debes hacerlo y trabajad su forma de relacionarse con otros animales. Llevarlo a una guardería de perros en Madrid, por ejemplo, puede ser parte de la solución, aunque no es recomedable si no existe un mínimo de sociabilización.
- Sobrepeso: si alimentamos a nuestro perro con comida inadecuada y, además, no le permitimos hacer ejercicio, puede desarrollar graves problemas de salud e incluso podemos causarle la muerte en un medio-largo plazo.
¿Se puede revertir el proceso? ¿Cómo?
Lo primero es identificar que hay un problema y, desde ahí, aportar la solución según cada caso. Tendrás que parar con las conductas que humanizan a tu mascota y tratar las consecuencias poco a poco. Si necesitas un adiestrador, contrátalo. Si tienes que tratarlo porque tiene problemas por el peso, llévalo al veterinario. Sin excusas. Deja que tu perro olisquee cuando salga de paseo, acostúmbralo a dar paseos cada vez más largos, llévalo a jugar con otros perros y descubre las ventajas de dejar a tu perro en una guardería canina. Solo así vuestra relación será sana y tu mascota será verdaderamente feliz.