Un perro agresivo, aunque no lo sea con sus dueños, es un gran problema que tiene solución. No es solo cosa de algunas razas, sino que cualquier perro puede ser o volverse agresivo si ha sufrido situaciones dramáticas, si no ha sido correctamente educado o sociabilizado o, simplemente, porque es su personalidad.
Sea cual sea tu caso, ten muy presente una cosa: en cuanto detectes agresividad en el animal, sea un pitbul o un chihuahua, debes corregirlo para evitar que vaya a más. Y si no sabes como hacerlo, antes de tomar medidas que puedan empeorarlo, acude a un profesional. En Mamidogguies contamos con los mejores adiestradores caninos de Madrid, solo tienes que consultarnos y te pondremos en contacto con nuestros expertos.
Cómo saber si mi perro es agresivo o dominante
Partamos de la base de que la agresividad es algo natural en todos los seres vivos. ¿O a caso tú nunca te has enfadado y hasta has tenido ganas de pegarle a alguien? La diferencia es que nosotros, los seres humanos, controlamos nuestros impulsos. Los animales interactúan a un nivel mucho más básico e instintivo.
Cualquier perro es capaz de ser violento en un momento de extrema necesidad, pero esto no significa que sean agresivos y tampoco que sean dominantes. La dominancia, de hecho, es muy diferente de la agresividad. También es un comportamiento natural en los canes y se traduce en que uno de los miembros de la manada intenta imponerse sobre los demás. ¿Puede usar comportamientos agresivos para ello? Sí, pero no siempre. Lo que sí es cierto es que también debe ser tratado si nuestro perro se vuelve dominante con nosotros.
Si no sabes si tu perro es agresivo, deberías hacerte algunas preguntas:
- ¿Reacciona violentamente cuando hay otros perros cerca?
- ¿Ha mordido a alguien o a otro perro? ¿Te ha mordido a ti o algún miembro de tu familia?
- ¿Gruñe o se pone tenso cuando se le acaricia alguna parte del cuerpo?
- ¿Ataca a otros perros cuando está comiendo o cuando los otros comen?
- ¿No se puede jugar con él porque no deja que ni tú ni otros perros toquen sus juguetes?
Las 8 causas de la agresividad canina
Aunque nos pueda parecer que nuestro perro “se ha vuelto loco” de repente, lo cierto es que los perros casi siempre dan avisos antes de pasar al ataque. Algunos de estos avisos son:
- Mostrarse tenso o muy quieto y rígido.
- Lanzarse hacia el objetivo, aunque no haya agresión.
- Gruñidos, chasquidos de dientes, enseñarlos.
- Marcaje rápido con los dientes, sin llegar a morder del todo o con fuerza.
Dicho esto, las causas más comunes de la agresividad son las siguientes:
1.Agresión por protección
Los perros son animales sociales y protegen a su manada por encima de todo. Si sienten que un miembro de ella o un amigo está en peligro, puede mostrar un comportamiento agresivo para protegerlo. Quizás esto no te parezca malo en un momento puntual, pero si tu perro calibra mal la situación o se convierte en una constante que va en escalada, puede acabar agrediendo a alguien gravemente y con consecuencias nefastas para tu peludo.
2. Agresión territorial
Hay perros muy territoriales que pueden agredir a otro can o a otro animal si consideran que han entrado en su zona y tienen que expulsarlo. Esto es un problema si, por ejemplo, tienes jardín y se cuela un gato o cualquier otro animal. Si tu perro es muy territorial, lo más probable es que intente agredirlo y puede llegar a ser tan malo para tu can como para el otro animal.
3.Agresión defensiva
Hay perros que, si sienten que pueden ser atacados o se ven en una situación de peligro, optan por la táctica de “la mejor defensa es un buen ataque”. Esto es muy común en perros pequeños, que ante una amenaza más grande que ellos se lanzan directamente a atacar. ¿Cuántas veces hemos visto a un chihuahua o a razas similares atacar a perros que podrían zampárselos de un bocado?
Saber cómo presentar a dos perros puede evitar sustos y situaciones de agresividad, pero también hay que estar atentos a las señales que muestren tanto tu perro como el del contrario antes de dejar que se acerquen, para evitar conflictos.
4. Agresión posesiva
Un perro puede desarrollar un instinto protector agresivo con sus juguetes o su comida, aunque no tenga motivos para ello. Es cierto que puede darse en perros que han sido rescatados de las calles, pero no tiene por qué tener un antecedente dramático. Seguro que has oído o visto casos de perros cuyos dueños apenas pueden ponerle la comida en el plato o que no pueden tocar sus juguetes.
5. Agresión por miedo
Algunos perros son más miedosos o ansiosos que otros. Esto es algo que hay que trabajar con ellos, no solo por su propio bienestar emocional, sino también porque puede acabar desembocando en agresividad si se sienten inseguros, acorralados o atrapados.
Este tipo de agresividad suele verse en perros que han sido muy maltratados o abandonados y, después, rescatados. Por eso es muy importante saber cómo adaptar a un perro adoptado si proviene de esta clase de situaciones. Aunque queramos ayudar a un animal que ha sufrido un trato atroz, si no sabemos cómo hacerlo podemos empeorar la situación.
6. Agresión por dolor
Aunque tu perro sea amable y no tenga comportamientos agresivos por norma general, puede serlo en un momento puntual si está sufriendo mucho dolor. Por ejemplo, si tu perro se rompe una pata y tú o un profesional intentáis manipularla, el dolor puede provocarle de forma instintiva que intente morderos para evitar que lo toquéis porque el dolor aumenta.
7. Agresión por competición sexual
Esto no es algo exclusivo de los machos cuando una hembra está en celo; ellas también pueden competir por el acceso a un perro en un momento puntual. Es una cuestión biológica: el fin de los seres vivos es crecer y reproducirse. Dos perros machos y no castrados, sean o no dominantes, pueden llegar a competir por una hembra si consideran que es la mejor candidata para que sus crías prosperen y para que “mejore” su descendencia. Y viceversa.
8. Agresión social
La agresividad puede servir para establecer los límites personales de cada uno de los miembros de la manada porque, nunca lo olvidemos, los perros son animales sociales. Y cuando viven en casa con nosotros o con otros animales, todos pasamos a formar parte de su manada a sus ojos y necesitan establecer cuál es su posición en el grupo. Si un perro es demasiado dominante, puede acabar teniendo comportamientos agresivos para defender y mantener su estatus en la manada.
Cuando a un perro no le marcamos los límites desde cachorros, es posible que acaben sucediendo este tipo de cosas, ya que considera que es el líder. Una buena educación evitará, en la mayoría de los casos, que el perro intente desafiarnos, pero algunos animales, por su propia personalidad o por las características de su raza, necesitarán más firmeza en su educación.
Cómo evitar que mi perro sea agresivo
Como ya hemos visto, hay diferentes causas para la agresividad y cada una está enfocada a elementos diferentes: a otros perros o animales por cuestiones sociales, defensivas o territoriales; a otras personas por cuestiones similares y a los miembros de la familia por jerarquía. Para evitar los comportamientos agresivos lo primero es detectarlos y no tomarlos a la ligera.
Por ejemplo: hay personas que tienen perros pequeños muy agresivos, pero como “no hacen daño” les parece incluso gracioso. También hay individuos que creen que cuando su perro enseña los dientes está “sonriendo”. Esta indulgencia es negativa para el animal y puede acabar teniendo consecuencias graves. Quizás algún día ese perro pase de enseñar los dientes a morder. O ese pequeño peludo que te hace gracia puede lanzarse contra un bebé y sí hacerle daño de verdad.
Si te has dado cuenta de que tu perro es agresivo y consigues identificar el origen de su comportamiento, lo más adecuado es que inicies inmediatamente un adiestramiento serio tutelado por un profesional, para evitar tomar medidas que empeoren la situación.
Si lo que quieres es prevenir este tipo de comportamientos, lo ideal es que, cuando te lleves tu cachorro a casa, inmediatamente empieces con la socialización (con otros perros y personas), que establezcas normas claras y que juegues con ellos mientras los corriges. Asegúrate de ser el líder de la manada y lo más probable es que todo vaya bien.